
¿Pensar cómo invertir o invertir como pensamos? (Parte 2)
Continuando con el articulo anterior sobre la posibilidad de contestar esta pregunta nos centraremos en lo que hacemos desde que amanece y hasta que anochece día con día y así durante el resto de nuestras vidas. Habíamos comentado que todo ser humano tiene un cerebro dividido en tres: el prefrontal encargado del razonamiento de las ideas y su reflexión, el límbico que representa nuestras emociones y sentimientos y el reptiliano donde se encuentra la voluntad de hacer cosas, por lo tanto todo el tiempo hacemos tres cosas, pensamos, sentimos y hacemos, todo esto influye fuertemente al momento de tomar decisiones en nuestra vida, y eso mismo nos sucederá al momento de invertir nuestro dinero. En la medida que nos conozcamos mejor y corrijamos los error de nuestro “software” podremos ser mas efectivos al momento de implementar lo decidido.
Desmenucemos un poco esto; ¿Cómo pensamos?, ¿Cómo es nuestro proceso de pensamiento?, ¿Qué pasa en nosostros cuando nos enfrentamos a una dificultad cotidiana que nos lleva a una mayor reflexión? Estas preguntas se contestan en función a lo que siempre hacemos cuando esto pasa pero que de pronto no sabemos qué pasa por nuestra mente y lo resolvemos de una manera automática, sin ponernos a reflexionar si esa es la mejor o mas eficiente forma de resolverlos problemas solo hacemos lo que siempre hacemos y eso ha ocasionado que de pronto nos preguntemos “¿Por qué siempre me pasan estas cosas a mí?”. El asunto es porque siempre hacemos lo mismo y entonces repetimos patrones, sin embargo lo que proponemos es que el cerebro también tien un cerebro reflexivo y ese es el que estaremos tratando de concientizar ante decisiones importantes que requieren de un proceso de mayor cuidado al momento de razonar la decisión, por ejemplo si vamos a nuestro trabajo el cerebro automático hará lo que sabe para llegar no se pregunta por qué ruta ir, el cerebro funciona automáticamente pero si por ejemplo, te hacen un nuevo ofrecimiento laboral entonces tendrás que hacer un análisis muchos mas profundo y reflexivo que involucre los pros y los contras en el corto, mediano y largo plazo y no solo lo cuantitivo si no también lo que te hace sentir esa decisión por que ahí entran las emociones que hacen que las ideas racionales nos emocionen positiva o negativamente. Recuerden que las emociones nos ayudan a fortalecer nuestra autoestima o la pueden minimizar, representan las sensaciones placenteras o displacenteras, frío, calor, dolor, placer, miedo, seguridad, amor, odio, etc. Muchas veces las emociones van en contra de lo que nuestra razón nos dicta de ahí lo importante que es conocernos a nosostros mismos y empezar a hacer conciencia al momento de repetir patrones que no nos ayudan tener un mejor estado de bienestar, y empezar a desmontar aquello que lastra nuestras vidas. El cerebro repitiliano encargado de hacer que las ideas y las emociones se hagan realidad la mayoría de las veces hace lo que le emociona y no tanto lo que nos dicta la razón, por eso Marian Rojas, psiquiatra española y amplia conocedora de como funciona el cerebro nos dice muy contundentemente “lo que quiere el corazón siempre la razón se lo revela” eso significa y mas en nuestra cultura latina que lo que sentimos esta por encima de la razón y por ende debemos de conocer nuestras emociones para tratar de gestionarlas, ella misma nos recomienda cuatro cosas que debemos de hacer:
– Cuando estemos solos cuidemos nuestros pensamientos.
– Cuando estemos acompañados cuidemos nuestra lengua.
– Cuando estemos enojados o felices cuidémonos no tomar decisiones que después nos arrepiéntamos por un momento de alta emoción que perjudique nuestra vida.
– Cuando vaya todo bien cuidemos nuestra vanidad que no sea ella la que nos gobierne.
Esto mismo nos pasará al tomar decisiones sobre nuestro dinero y las inversiones, por eso debemos de hacer aveces una pausa antes de comprometernos con decisiones que pueden cambiar nuestras vidas, y evitar que nos sigan llevando donde no queremos y nos alejemos cada vez mas de donde sí queremos estar.
Seamos congruentes en la medida de lo posible entre lo que pensamos, decimos, sentimos y hacemos, y seamos consistentes con nuestras decisiones para vivir de una forma que estemos satisfechos con nuestros objetivos y la manera de vivir, si hacemos esto creo que entonces estaremos por el camino de no solo mejorar nuestra vida, nuestros afectos sino también nuestro bienestar personal y familiar.
¿Pensar cómo invertir o invertir como pensamos? creo que lo mejor ubiera sido preguntarnos ¿sentir cómo invertir o invertir como sentimos? en fin seguiremos en la tercera parte del siguiente capítulo para contestar tal vez las dos preguntas, mientras tanto no olives que en cualquier caso necesitamos prepararnos e investigar qué, cómo y cuándo es mejor al momento de invertir. Eticapital lo tiene todo para ti en un mismo lugar.
Jaime Suárez
Etiqueta:Finanzas, Finanzas Personales, Tips Financieros